EL GRITO DE LA TIERRA
Vivo en una ciudad cuyo clima, casi siempre es primaveral. Pero, igual que en otras partes del mundo, el clima ha cambiado considerablemente. Las temperaturas oscilan entre los 30 a 40 grados Celsius, ¡Uff, que calor! es la expresión que se repite con frecuencia.
La desertización en el ámbito nacional y regional sigue su curso de forma abrupta e irresponsable. A eso se añade la que ma de grandes extensiones de bosque, y todo con fines lucrativos, en muchos casos se busca el robo de la tierra quemada inhabilitada para el cultivo y sí habilitada para fines ilegales.
Todos, parece que, desconocemos el servicio que la tierra nos da como seres vivos animados e inanimados. La tierra como espacio que nos sostiene, y alimenta, hoy más que ayer está pasando por un deterioro nunca visto antes.
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