¿Quién cuida la salud de las mujeres?

 


En muchos artículos publicados  por agencias internacionales como OMS, OPS ACNUR, se analizan datos estadísticos  sobre la salud de las mujeres. Estos datos son alarmantes, pero parecen ser solamente datos analizados  sin obtener ninguna respuesta  o solución al problema. Anoto acá alguno de esos datos.

Algunos datos alrededor del mundo[i]

·        Más de 600 millones de mujeres y niñas viven en zonas afectadas por conflictos, un aumento del 50% desde 2017.

·        En situaciones de emergencia, 1 de cada 5 personas desarrolla trastornos mentales como depresión, ansiedad, TEPT (trastorno por estrés postraumático) o esquizofrenia.

·        Sin embargo, solo el 2% recibe atención adecuada, mientras que la salud mental recibe apenas entre el 1% y 2% del financiamiento global en salud.

Las respuestas son escasas, especialmente  a partir de enero 2025 en que muchos fondos financieros fueron recortado de los presupuestos de estas agencias y ONGs dedicadas a buscar soluciones a los problemas de salud de las mujeres.

Un grupo extenso  que se ve seriamente afectado es el de las niñas y mujeres migrantes. Estas además, del desarraigo y duelo  por lo que quedó atrás, no encuentran atención médica adecuada y necesaria  para el cuidado preventivo o curativo. El enfoque de salud pública  igual que el de las agencias internacionales se limita al análisis pero no a la solución del problema.
Se hace urgente seguir reclamando "salud para todas". Esto solamente se puede alcanzar si unimos esfuerzos, creamos espacios colectivos locales para proteger la salud, realizar acciones preventivas

En este espacio solamente quiero hacer  un llamado a reflexionar desde la fe  sobre algunos pasajes del evangelio donde encontramos respuestas al cuidado de la salud.

El pasaje de la hemorroisa y la hija de Jairo están en Marcos 5, 21-43. Ambas, mujeres adulta y niña son restauradas en su salud. La hemorroisa es una buscadora de salud, preocupada por el autocuidado, comprende que el cuerpo de Jesús es fuente de salud. La niña, hija de Jairo, a los ojos de muchos no hay nada que hacer, está muerta, sin embargo, tanto su padre como Jesús son restauradores de salud y vida. El padre busca salud para la hija  y Jesús la levanta, la pone en pie.

El tercer pasaje descrito por Marcos 2, 1-12, “vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro”. Este pasaje describe una acción colectiva, cuatro preocupados por recuperar la salud del paralítico. Un esfuerzo del colectivo para restaurar al paralítico.

Dejo acá esta reflexión con la esperanza que nos cuestionen: ¿Qué podemos hacer en nuestros espacios personales y colectivos, para el autocuidado y reclamo de servicios de salud dignos y acorde a las necesidades de todas la mujeres y niñas, especialmente la salud de las mujeres emigrantes?



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