Hoy es 26 de Febrero del 2022.
Es un día después
del 25, un amigo suele decirme que los periódicos con sus noticias son productos
perecederos, caducan pronto, pero quiero contradecir esa sentencia. El 25 de
febrero de 1999 la Comisión para el Esclarecimiento Histórico -CEH- presentó el
informe Guatemala: Memoria del Silencio. En ese documento se
daba a conocer, como actos de genocidio, los hechos cometidos por el ejército
de Guatemala contra la población civil fueran indígena o urbana; las desapariciones
forzadas y ejecuciones extrajudiciales verdaderos actos de crueldad.
El documento también
recomienda al Estado establecer el día 25 de febrero, Día nacional de la
dignificación de las víctimas del conflicto armado interno a través
del Programa Nacional de Resarcimiento. Este día busca honrar a todos
aquellos hombres y mujeres sobrevivientes, y dignificar la memoria de aquellas
personas que fueron masacradas, ejecutadas y desaparecidas en manos del
ejército por la política ejercida desde el Estado.
Durante la larga y
oscura noche de los 36 años que duró el Conflicto Armado Interno dejó 200.000
muertos, de los cuales 45.000 fueron desaparecidos; se considera que entre 500 mil y un millón y medio de personas
tuvieron que huir como consecuencia de planes como el llamado “tierra arrasada”
, 626 masacres cometidas por las fuerzas de seguridad del Estado; 5,000 niños y
niñas desaparecidos que representaron el 18% de las violaciones a derechos
humanos durante el conflicto armado interno, es decir, 1 de cada 5 víctimas era
un niño o niña.
No nací en esta
tierra, pero no importa pues su realidad y dolor me han adoptado. Y en este día
también recuerdo a alguien que sin saberlo también me enseñó a rezar el Padrenuestro
desde una perspectiva diferente, Julia Esquivel. Nació en Guatemala en 1930.
Teóloga y poeta.
Padre Nuestro desde Guatemala
Padre Nuestro,
Padre de los 119 campesinos asesinados en Panzós,
de sus viudas, de sus huérfanos.
Padre de aquellos 35 campesinos secuestrados
por los paracaidistas en Ixcán el 7 de julio de
1975,
de sus viudas y de sus huérfanos.
Padre de los 25 campesinos de Olopa, en Chiquimula,
que fueron ametrallados por los guardianes del
“orden”,
cuyos cadáveres fueron comidos por los perros y los
zopilotes,
de sus viudas y de sus huérfanos.
Padre de los niños inocentes del Rodeo, Amatillo,
Agua Blanca,
y otras comunidades, sacrificadas
para lograr que sus familias huyeran
y así desalojarlos de su tierra
para meter ganado
y poder así exportar carne al Mundo “Desarrollado”.
Padre de la Rosa C... que se quedó sola con seis
niños,
después que el ejército secuestró a su marido,
a su hijo de 21 años y después al de 19
porque averiguaban en dónde estaba su papá...
Padre de las mujeres de San Juan Cotzal, Chajul,
Nebaj, Uspantán,
que se han quedado solas.
Padre de todos los torturados, de todos los
angustiados,
de los que se andan escondiendo en las cuevas,
en el monte, en la selva
y que ya no pueden volver a ver a sus mujeres,
ni a sus hijos por causa de la represión y del
terror militar...
Padre de todos los trabajadores del Ingenio Aztra en
el Ecuador,
que fueron lanzados por los policías al horno
ardiente
por el delito de pedir condiciones humanas de
trabajo.
Padre de los desaparecidos, de los encarcelados, de
los exiliados
en el Uruguay, en Chile, en El Salvador, en Bolivia,
en Paraguay...
Padre Nuestro que estás entre los millones de gente
hambrienta
de los pueblos del Tercer Mundo.
Padre Nuestro que estás en la vida
de todos los hombres que buscan justicia
porque aman a sus hermanos
y que te sirven,
sirviendo y luchando
con los que no tienen techo, comida, ropa ni
medicinas.
Padre Nuestro que estás aquí en la tierra
y cuyo nombre es tomado en vano
por pastores indignos que guardan silencio
y colaboran gustosos con aquellos
que fabrican políticas de “derechos humanos”
para continuar destruyendo tu Imagen
en el hombre empobrecido, explotado y perseguido
por ellos mismos en aras del Dios Capital...
Padre Nuestro, tu nombre es tomado en vano
cuando te conciben como a un dios chiquito
y por eso inventan leyes de Seguridad Nacional,
seguridad que los pobres, las aves del cielo
y los lirios del campo no conocen.
Leyes que dan poder a los tiranos como Pinochet,
Videla,
Bordaberry, Stroessner y otros...
Cuando andan diciendo que eres un diocesito
“anticomunista”
que necesitas aviones y tanques para aplastar a los
pueblos,
que quieren forjar su propia historia
porque en el fondo anhelan que venga tu reino.
Cuando siguen los pasos del Faraón
y esterilizan a millones de mujeres,
proclamando un mundo más cómodo para el hombre del
futuro.
Cuando se proponen sofocar el hambre de Justicia
dándonos regalos de lo que sobra en otros mundos.
Tu nombre es santificado,
en todos los que defienden la vida del pobre,
por encima del dinero, del café, del algodón, de la
caña de azúcar,
de los partidos políticos, de las leyes,
y de los intereses de las Compañías
Trasnacionales...
En los pobres y humildes
que todavía tienen fe y esperanza en ti
y por eso se organizan y luchan
para que se respete su dignidad.
En todos aquéllos que trabajan día y noche
por sacar a sus hermanos del analfabetismo,
la enfermedad, la explotación y la persecución...
En las muertes de tus santos,
Rutilio Grande, Hermógenes López,
Mario Mujía, Mario López Larrave,
y de los miles de hijos tuyos
que por amor a sus hermanos
y respeto a la vida de tus pobres
fueron torturados y asesinados,
como hicieron con tu Hijo,
nuestro Hermano, Jesucristo.
Que venga tu Reino,
Tu Reino que es Libertad y Amor,
que es Fraternidad y Justicia,
que es Derecho y Vida,
que es Verdad y no mentira.
Tu Reino que acaba
todo lo que destruye la Vida en el mundo,
Tu Reino que quema
todo aquello que hace que los hombres
vivan como animales.
Tu Reino que no hace transacciones
con los intereses de quienes hacen trabajar
como bestias a los pobres,
ni con quienes instituyen la violencia
en la estructura jurídica,
en la estructura judicial,
en la estructura educativa,
en la estructura económica,
aprobadas ahora por hombres
que se dicen cristianos.
Tu Reino que acaba con aquello que hace que el
hombre
se convierta en máquina y su vida en mercancía.
Tu Reino, que acaba con todo aquello que hace que el
hombre
se convierta en esclavo de sí mismo y de los otros.
Sí Señor, que venga tu Reino,
porque cuando tu Reino viene:
Salimos de nuestro egoísmo
y buscamos para los demás,
lo que queremos para nosotros mismos;
el pueblo une sus esfuerzos
y se van encontrando caminos de esperanza;
hay tierra para todos los campesinos
y no sólo para unos pocos finqueros,
hay educación para todos los marginados;
las leyes no impiden sutilmente la realización plena
del pobre
y de sus organizaciones,
sino la facilitan y apoyan.
La tierra es cultivada para producir alimentos para
el pueblo
y no sólo para productos de exportación
para enriquecer más a los que ya tienen demasiado
y seguir empobreciendo a los que no tienen nada;
las fuentes de producción son propiedad del pueblo
y para beneficio de la mayoría;
las iglesias abandonan las estructuras de poder y de
dominio
y se convierten en fuente de vida y de servicio para
todos los hombres.
Que
se haga tu voluntad
y no la de aquellos que quieren arrebatarte tu
puesto
y usurpan tu lugar para dominar, explotar, destruir,
masacrar
y acumular capital esclavizando a los pueblos;
y no la de aquellos que fabrican economías
Trilaterales
a costa de la vida, del aire, del agua,
y de los recursos vitales del Tercer Mundo.
Que se haga tu voluntad, Señor,
que es quebrantar todo yugo que oprime al hombre,
tu voluntad que es Proclamación del Evangelio de los
pobres,
consuelo de los afligidos,
libertad a los presos y fuerza a los torturados,
liberación y vida a los que padecen violencia.
Danos hoy nuestro pan de cada día:
el pan de una verdadera libertad de prensa,
el pan de libertad de asociación y organización,
el pan de poder estar en la casa y en la calle
sin que nos secuestren,
el pan de no tener que estar buscando en dónde
escondernos,
el pan de poder salir a la calle
sin ver ametralladoras y pelotones modelo,
el pan de la igualdad,
el pan de la alegría,
y que el pan de la Dignidad Humana
no nos sea arrebatado por los coyotes
entre los que caminamos como ovejas al matadero.
Que el pan de tu Palabra y el pan de la educación
llegue a nuestros ranchos de caña y paja,
a nuestras casas de cartón,
al morral del bastimento mientras vamos por el
camino.
El pan de los títulos de tierra a todos los campesinos,
el pan de la vivienda,
a todos los asentamientos humanos de la capital,
el pan de la leche a todos los niños menores
de dos años
que padecen desnutrición y hambre,
el pan de la asistencia médica
a los que están en el campo,
el pan de la tierra
a los miles de campesinos arrendantes
que viven bajo el yugo de los intereses
y caprichos del patrón
en las fiestas de Chimaltenengo, todo el altiplano,
la costa y ahora también en la Franja Transversal
del Norte
invadida por las transnacionales y los generales...
Y perdónanos, Señor,
por no saber compartir el pan
que tú nos has dado,
así como nosotros perdonamos
a los que nos han arrebatado lo tuyo
que es nuestro.
Perdónanos por apartarnos de nuestros hermanos,
perdónanos, Señor, por la falta de fe y de valor
que nos impiden entregarnos como hostias vivas
para hacer tu voluntad,
que es tomar de lo tuyo,
para compartirlo entre todos ahora mismo.
Perdónanos cuando por miedo
guardamos silencio
y no decimos lo que tú quieres que digamos.
Perdona y destruye
los reinos pequeñitos y forcejeos inútiles
entre nosotros mismos,
que retardan y obstaculizan la marcha victoriosa
hacia la Nueva Alborada...
No nos dejes caer en tentación:
de conformarnos a los patrones de este mundo
y perder la claridad de visión
que quieres que tengamos;
del aislamiento
de creer que ya no se puede hacer nada
o de buscar sectariamente nuestro propio desarrollo.
No nos dejes caer en la tentación de pensar
que podremos servirte a ti y al dinero.
De buscar modelos y de importar soluciones
prefabricadas de liberación...
Más líbranos del Malo:
que nos acecha desde los carros Toyota
para quitarnos la vida física,
o desde los tele-objetivos
para poder reconocernos
cuando manifestamos en la calle.
Manifestado en las “orejas”
que se meten en nuestras comunidades
y en nuestras iglesias
para después sentenciarnos
a través del Ejército Secreto Anticomunista
o del Escuadrón de la Muerte.
De las asociaciones de Padres de Familia fantasmas
o de Los Amigos del País
tras de las cuales hay intenciones
de distorsionar nuestras palabras y difamar nuestras
vidas
a través de la calumnia, la amenaza o la acusación
indigna...
Que trabaja en la oscuridad de la noche
arrebatando a los hijos de la luz
y dejando a sus familias desamparadas
como ha pasado tantas veces en el Quiché,
en Chiquimula o en Ixcán...
Líbranos del malo uniformado o de civil,
líbranos del malo que camina con carteras
diplomáticas,
y Señor:
Líbranos del mal,
que desde el fondo de nosotros mismos,
nos invita a vivir nuestra vida
guardándola para nosotros mismos,
cuando tú nos invitas a darla por nuestros amigos.
Porque tuyo es el Reino
y de ningún otro que quiera arrebatarlo.
tuyo el poder
y no de ninguna estructura ni organización,
y la gloria es tuya,
porque tú eres el único Dios y Padre
por siempre, amén.
Guatemala,
junio de 1979
ESPERANZA
Cuando la tormenta pase
y se amansen los caminos
y seamos sobrevivientes
de un naufragio colectivo,
con el corazón lloroso
y el destino bendecido
nos sentiremos dichosos
tan solo por estar vivos.
Y le daremos un abrazo
al primer desconocido
y alabaremos la suerte
de conservar un amigo.
Y entonces recordaremos
todo aquello que perdimos
y de una vez aprenderemos
todo lo que no aprendimos.
Ya no tendremos envidia
pues todos habrán sufrido.
Ya no tendremos desidia
seremos más compasivos.
Valdrá más lo que es de todos
Que lo jamás conseguido
Seremos más generosos
Y mucho más comprometidos.
Entenderemos lo frágil
que significa estar vivos.
Sudaremos empatía
por quien está y quien se ha ido.
Extrañaremos al viejo
que pedía un peso en el mercado,
que no supimos su nombre
y siempre estuvo a tu lado.
Y quizás el viejo pobre
era tu Dios disfrazado.
Nunca preguntaste el nombre
porque estabas apurado.
Y todo será un milagro
Y todo será un legado
Y se respetará la vida,
la vida que hemos ganado.
Cuando la tormenta pase
te pido Dios, apenado,
que nos devuelvas mejores,
como nos habías soñado.
Alexis Valdés
Hoy 8 de Marzo 2019, recordamos las luchas de tantas mujeres que a través de la historia ancestral y reciente, sueñan y construyen mundos mejores, donde podamos habitar preñadas de sueños pariendo nuevas realidades.
Este día, marcado por esas luchas y mujeres, tenemos presentes a las jóvenes mujeres que, privadas de libertad bajo el régimen Ortega Murillo, siguen empujando la historia del pueblo nicaragüense
Para ellas nuestro saludo
*Un poema para las muchachas prisioneras en el Chipote*.- *Gioconda Belli.*
LA VERDAD ENCARCELADA
¿Cómo se oirá la lluvia en las celdas de El Chipote?
(Alguna vez fue ese el nombre del campamento de Sandino)
Imagino el sonido en el techo y a través de las ventanas,
las muchachas agradecidas por el frescor
sentadas en el suelo con la espalda contra la pared
recordando el ruido de los patios de sus casas
la voz de sus madres o sus pasos apurados
yendo a quitar la ropa de los tendederos.
Muchachas jóvenes, obligadas a los camastros
al mal olor y el apretujamiento
Amaya, Victoria, Elsa, Yaritza,
con sus rostros sin marcas ni arrugas
todavía guardan el sonido de las risas en las marchas
el cansancio de protestar, el entusiasmo de pensar
que libraban batallas para que no volvieran a morir
los muertos, los compañeros y sus nombres
los que andaban escritos en cartelones
caminando entre la multitud.
No imaginaban entonces
que en ese país donde crecieron
las arrancarían de sus casas
las enfundarían en trapos azules
les arrebatarían el sol.
Ellas no nacieron en un país donde siguieran pasando esas cosas.
Donde se repetirían las historias que les contaban de niñas
historias de masacres y cárceles y torturas.
No pensaron que podía sucederles a ellas
alumnas aplicadas
universitarias estudiosas
en los últimos años de sus carreras.
Pero allí están
oyendo la lluvia y la lista de culpas acumuladas en su contra.
Las armas en el suelo cuando las enseñaron a la prensa
y dijeron que eran ellas quienes las andaban,
armas que jamás habían visto.
Los carceleros no ponen atención a sus explicaciones,
pero ellas se las repiten en la oscuridad de las celdas.
Los argumentos de su inocencia
caen como la lluvia en los patios
agua que se pierde en las acequias
agua que el poder no recoge, ni quiere escuchar.
Nada de lo que digan será usado a su favor
porque la verdad también pasa las horas con ellas
en las celdas oscuras donde llueve.
Gioconda Belli/ Septiembre 22, 2018
Bendición de las mujeres
Que el Dios de Eva te
enseñe a discernir el bien y el mal.
Que el Dios de Agar te
conforte a ti y a todas las mujeres,
cuando se sientan solas
en el desierto de sus vidas.
Que el Dios de Miriam,
te haga instrumento de liberación.
Que el Dios de Débora
te conceda la audacia y la valentía para luchar por la justicia.
Que el Dios de Esther
te conceda la fortaleza para enfrentar
al poderoso en favor de
su pueblo exiliado.
Que el Dios de María de
Nazaret abra tu corazón,
para que puedas recibir
con alegría la semilla del que vive por siempre.
Que Jesús, que dijo a
la Samaritana todo lo que había hecho
te haga evangelizadora
del pueblo.
Que Jesús, que se dejó
ungir por la mujer, te conceda ser su profeta
para que proclames con
alegría y entusiasmo su palabra.
Que Jesús, el amigo de
María Magdalena, te envíe a anunciar
su Resurrección a todas
las gentes.
Que el Espíritu te
consagre para que puedas proclamar
Buenas Noticias a los
pobres y la liberación a los oprimidos.
En el nombre de Dios,
Padre y Madre, que fue, es y que estará siempre
con nosotros y con su
pueblo.
AMEN.
En 1854,
Franklin Pierce, presidente de los Estados Unidos, "el Gran Jefe de
Washington", hizo una última oferta por una gran extensión de tierras
indias antes de lanzar el exterminio, prometiendo crear una "reserva"
para el pueblo indígena. Esta es la respuesta del Jefe Seattle.
El gran jefe de Washington manda palabras,
quiere comprar nuestras tierras. El gran jefe también manda palabras de amistad
y bienaventuranzas. Esto es amable de su parte, puesto que nosotros sabemos que
él tiene muy poca necesidad de nuestra amistad. Pero tendremos en cuenta su
oferta, porque estamos seguros de que si no obramos así, el hombre blanco
vendrá con sus pistolas y tomará nuestras tierras. El gran jefe de Washington
puede contar con la palabra del gran jefe Seattle, como pueden nuestros
hermanos blancos contar con el retorno de las estaciones. Mis palabras son como
las estrellas, nada ocultan.
¿Cómo se puede comprar o vender el firmamento, ni aún el calor de la tierra?
Dicha idea nos es desconocida.
Si no somos, dueños de la frescura del aire ni del fulgor de las aguas, ¿cómo
podrán, ustedes comprarlos?
Cada parcela de esta tierra es sagrada para mi pueblo, cada brillante mata de
pino, cada grano de arena en las playas, cada gota de rocío en los bosques,
cada altozano y hasta el sonido de cada insecto es sagrado a la memoria y al
pasado de mi pueblo.
La savia que circula por las venas de los árboles lleva consigo las memorias de
los pieles rojas. Los muertos del hombre blanco olvidan de su país de origen
cuando emprenden sus paseos entre las estrellas; en cambio, nuestros muertos
nunca pueden olvidar esta bondadosa tierra, puesto que es la madre de los
pieles rojas.
Somos parte de la tierra y asimismo, ella es parte de nosotros. Las flores
perfumadas son nuestras hermanas; el venado, el caballo, la gran águila; éstos
son nuestros hermanos. Las escarpadas peñas, los húmedos prados, el calor del
cuerpo del caballo y el hombre, todos pertenecemos a la misma familia.
Por todo ello, cuando el Gran Jefe de Washington nos envía el mensaje de que
quiere comprar nuestras tierras, nos está pidiendo demasiado. También el Gran
Jefe nos dice que nos reservará un lugar en el que podamos vivir
confortablemente entre nosotros. El se convertirá en nuestro padre y nosotros
en sus hijos.
Por ello consideramos su oferta de comprar nuestras tierras. Ello no es fácil
ya que esta tierra es sagrada para nosotros. El agua cristalina que corre por
ríos y arroyuelos no es solamente el agua sino también representa la sangre de
nuestros antepasados. Si les vendemos tierras, deben recordar que es sagrada y
a la vez deben enseñar a sus hijos que es sagrada y que cada reflejo
fantasmagórico en las claras aguas de los lagos cuenta los sucesos y memorias
de las vidas de nuestras gentes.
El murmullo del agua es la voz del padre de mi padre. Los ríos son nuestros
hermanos y sacian nuestra sed, son portadores de nuestras canoas y alimentan a
nuestros hijos. Si les vendemos nuestras tierras ustedes deben recordar y
enseñarles a sus hijos que los ríos son nuestros hermanos y también lo son
suyos y, por lo tanto, deben tratarlos con la misma dulzura con que se trata a
un hermano.
Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestro modo de vida. El no sabe
distinguir entre un pedazo de tierra y otro, ya que es un extraño que llega de
noche y toma de la tierra lo que necesita. La tierra no es su hermana sino su
enemiga y una vez conquistada sigue su camino, dejando atrás la tumba de sus
padres sin importarle. Le secuestra la tierra a sus hijos. Tampoco le importa.
Tanto la tumba de sus padres como el patrimonio de sus hijos son olvidados.
Trata a su madre, la tierra, y a su hermano, el firmamento, como objeto que se
compran, se explotan y se venden como ovejas o cuentas de colores. Su apetito
devorará la tierra dejando atrás sólo un desierto.
No sé, pero nuestro modo de vida es diferente al de ustedes. La sola vista de
sus ciudades apena los ojos del piel roja. Pero quizás sea porque el piel roja
es un salvaje y no comprende nada. No existe un lugar tranquilo en las ciudades
del hombre blanco, ni hay sitio donde escuchar como se abren las hojas de los
árboles en primavera o como aletean los insectos. Pero quizás también esto debe
ser porque soy un salvaje que no comprende nada. El ruido parece insultar
nuestros oídos. Y, después de todo ¿para qué sirve la vida si el hombre no
puede escuchar el grito solitario del chotacabras ni las discusiones nocturnas
de las ranas al borde de un estanque? Soy un piel roja y nada entiendo.
Nosotros preferimos el suave susurro del viento sobre la superficie de un
estanque, así como el olor de ese mismo viento purificado por la lluvia del
mediodía o perfumado con aromas de pinos.
El aire tiene un valor inestimable para el piel roja ya que todos los seres
comparten un mismo aliento - la bestia, el árbol, el hombre, todos respiramos
el mismo aire. El hombre blanco no parece consciente del aire que respira; como
un moribundo que agoniza durante muchos días es insensible al hedor. Pero si
les vendemos nuestras tierras deben recordar que el aire no es inestimable, que
el aire comparte su espíritu con la vida que sostiene. El viento que dio a
nuestros abuelos el primer soplo de vida, también recibe sus últimos suspiros.
Y si les vendemos nuestras tierras, ustedes deben conservarlas como cosa aparte
y sagrada, como un lugar donde hasta el hombre blanco pueda saborear el viento
perfumado por las flores de las praderas.
Por ello consideramos su oferta de comprar nuestras tierras. Si decidimos
aceptarla, yo pondré condiciones: El hombre blanco debe tratar a los animales
de esta tierra como a sus hermanos. Soy un salvaje y no comprendo otro modo de
vida. He visto a miles de búfalos pudriéndose en las praderas, muertos a tiros
por el hombre blanco desde un tren en marcha. Soy un salvaje y no comprendo
como una máquina humeante puede importar más que el búfalo al nosotros matamos
sólo para sobrevivir.
¿Qué seria del hombre sin los animales? Si todos fueran exterminados, el hombre
también moriría de una gran soledad espiritual; porque lo que le suceda a los
animales también le sucederá al hombre. Todo va enlazado. Deben enseñarles a
sus hijos que el suelo que pisan son las cenizas de nuestros abuelos. Inculquen
a sus hijos que la tierra está enriquecida con las vidas de nuestros semejantes
a fin de que sepan respetarla. Enseñen a sus hijos que nosotros hemos enseñado
a los nuestros que la tierra es nuestra madre. Todo lo que le ocurra a la
tierra le ocurrirá a los hijos de la tierra. Si los hombres escupen en el
suelo, se escupen a si mismos. Esto sabemos: La tierra no pertenece al hombre;
el hombre pertenece a la tierra. Esto sabemos, todo va enlazado, como la sangre
que une a una familia. Todo va enlazado. Todo lo que le ocurra a la tierra, le
ocurrirá a los hijos de la tierra.
El hombre no tejió la trama de la vida; él es sólo un hilo. Lo que hace con la
trama se lo hace a sí mismo. Ni siquiera el hombre blanco, cuyo Dios pasea y
habla con él de amigo a amigo, no queda exento del destino común. Después de
todo, quizás seamos hermanos. Ya veremos. Sabemos una cosa que quizás el hombre
blanco descubra un día: nuestro Dios es el mismo Dios. Ustedes pueden pensar
ahora que Él les pertenece lo mismo que desean que nuestras tierras les
pertenezcan; pero no es así. Él es el Dios de los hombres y su compasión se
comparte por igual entre el piel roja y el hombre blanco.
Esta tierra tiene un valor inestimable para Él y si se daña se provocaría la
ira del Creador. También los blancos se extinguirían, quizás antes que las
demás tribus. Contaminen sus lechos y una noche perecerán ahogados en sus
propios residuos. Pero ustedes caminarán hacia su destrucción rodeados de
gloria, inspirados por la fuerza del Dios que los trajo a esta tierra y que por
algún designio especial les dio dominio sobre ella y sobre el piel roja.
Ese destino es un misterio para nosotros, pues no entendemos porqué se
exterminan los búfalos, se doman los caballos salvajes, se saturan los rincones
secretos de los bosques con el aliento de tantos hombres y se atiborra el
paisaje de las exuberantes colinas con cables parlantes. ¿Dónde está el
matorral? Destruido. ¿Dónde está el águila? Desapareció. Termina la vida y
empieza la supervivencia.
REFLEXIONEMOS, CUIDEMOS LA VIDA DE NUESTRA CASA COMÚN
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