Ensanchar la Tienda...
A propósito de la asamblea anual en la actual provincia Stella Maris, el
lema escogido por el equipo coordinador de asamblea me ha dado que pensar. He
debido reflexionar varios días. En mi mente constantemente han aparecido dos imágenes:
el desierto y la Tienda o Tent en ingles.
Estamos buscando un punto de intersección entre dos espacios misioneros: La
Provincia Stella Maris y la Región de Centroamérica y México. ¿Qué hay entre
estos dos espacios misioneros de las MSC?. El desierto de Arizona.
Las historias que cuentan sobre este desierto son historias de muerte, sin embargo,
hace algunos años supe que algunos grupos humanitarios han colocado depósitos de
agua potable, en algunos puntos del desierto, con banderas señalizan su ubicación. De esta manera los
emigrantes que atraviesan el desierto pueden encontrar estos depósitos de agua
y calmar su sed. Por tanto, creo que en el desierto se da la muerte y la vida por medio de la
solidaridad.
Hace años estudié en las clases de biblia el significado importante del desierto
para el pueblo de Israel. Por eso he buscado en el diccionario bíblico algunos
significados que me dieran luz. Y encontré los siguientes: La Biblia utiliza
varios términos, - midbar: apacentar,
conducir. Un lugar solitario, pero con vegetación donde se alimenta al rebaño. -
arâbâh: es una zona árida opuesto a
tierra fértil. Yesîmôn, pasaje
solitario por donde no pase nadie. horbâh,
escombros desierto y ruina
Desde el punto de vista simbólico, el desierto representa el lugar de
nacimiento del pueblo de Israel. En la literatura profética, representa la
época de oro en la historia del pueblo de Dios.
"Recuerdo a tu favor el afecto de tus mocedades, el amor de la época
de tus desposorios, cómo me seguiste por el desierto, por países donde no se
siembra" (Jr 2,2).
Ante la infidelidad de Israel, Oseas proclama: "Por tanto, he aquí que
yo la seduciré y la conduciré al desierto,”. Así el desierto es el lugar del
enamoramiento, de la pasión esponsal, el ámbito del amor fiel.
Por tanto, ante las infidelidades del pueblo de Dios, se hace necesarios
que Israel vuelva a pasar por la experiencia del desierto, para así disponerse
a escuchar la voz del único que le puede salvar, Yahvé, su Dios.
Hacia el año 587 los israelitas fueron exiliados a Babilonia, tierra de
hermosos jardines, pero ahí el pueblo se encuentra sin templo, ni altar, ni
sacrificios, Babilonia era un desierto peor que el de arena y sol abrasador. Los exiliados son animados con la vida en y a
través del desierto: "Una voz grita: en el desierto despejad el camino de
Yahvé. Enderezad en la estepa una calzada para nuestro Dios. … ciertamente la
gloria de Yahvé se manifestará" (Is 40,3-5).
La imagen del desierto en el Nuevo testamento aparece al inicio de la
predicación de Jesus. Él será conducido al desierto y estará 40 días que
refieren los 40 años que el pueblo anduvo en el desierto. Desde Jesús el
desierto es espacio de prueba y de fidelidad. Espacio de muerte y vida. Espacio del enamoramiento y confianza solo en
Yahveh.
También desde Jesús, el desierto es un estado constante de nuestra
existencia. Vivimos en el desierto y en el somos probadas en nuestra fidelidad.
En mis reflexiones he vuelto a la imagen de las tiendas y tratado de
documentar y saber algo de la forma de vivir en. Encontré que el vivir en
tiendas es de origen muy antiguo antes de Abrahán. En Génesis 4:20, un hombre
llamado Jabal, que “fue el padre de los que habitaron en tiendas”.
Después del diluvio se dice en las Sagradas “Dios engrandezca a Japhet, y
habite en sus tiendas de Sem” (Génesis 9:27). Abraham “levantó su tienda” cerca
de Bethel (Gén. 12:8). Isaac “levantó su tienda" en el Valle de Gerar
(Gén. 26:17). Y Jacob, que “levantó su tienda” frente a la ciudad de Siquem,
(Gén. 33:18).
Los hijos de Israel vivieron en tiendas durante su peregrinación por el
desierto durante cuarenta años. Después que Israel entró a poseer la Tierra
Prometida aún vivían en tiendas. Al rey
David le fue dicho en sus días: "El arca, e Israel, y Judá están debajo de
tiendas" (2 Sam. 11:11).
Leí que los nómadas o árabes beduinos de Palestina, y especialmente de la
Transjordania, por siglos han morado en sus tiendas, y su manera de vivir es
bastante parecida a la de las gentes de la Biblia. La casa de los beduinos es
su tienda, es fabricada con telas de pelo negro. Se llama beit sha'ar, "casa de pelo".
Dicen que es muy raro que se hagan nuevas tiendas entre los beduinos. Las tiendas se remiendan. Al parecer se
acumula la trasquila de una cabra durante un año o más, y con ello se hace una
tira más de tela para añadirla a la vieja tienda. La parte del techo de la
tienda más averiado se corta, y la nueva tira de tela la reemplaza. Cada año
nuevas tiras de tela se ponen en lugar de las averiadas, y esta "casa de
pelo" se pasa de padre a hijo aun cuando no esté completamente nueva o
completamente vieja, en cualquier tiempo.
Para añadir espacio se hacen tiras largas con la trasquila de una cabra que
se recoge durante un año. Me parece interesante saber que son las mujeres quienes
hacen este trabajo. Cuando la familia desea agrandarla, lo hace añadiéndole
secciones, de la misma manera que un occidental añade un cuarto a su casa. Pero
la diferencia es que, en lugar de hacer una tienda nueva, continúa añadiéndole
secciones.
Es probable que el libro de Isaías tenía este proceso en mente al comparar
la prosperidad profética de Israel a una tienda beduina.
"Ensancha el sitio de tu cabaña
y las cortinas de tus tiendas sean extendidas; no seas escasa: alarga tus
cuerdas, y fortifica tus estacas" (Isa. 54:2).
Los exegetas bíblicos sitúan este texto de Isaías en la época del exilio. El
pueblo de Israel En Babilonia, estaba desolado, sin templo, sin tierra propia. Estaba acomodado en el exilio, de Babilonia, y
Dios le envía un mensaje de alegría, una promesa de vida:
"Grita de júbilo, estéril que no das a luz, rompe en gritos de júbilo
y alegría…que más son los hijos de la abandonada, que los hijos de la casada,
dice Yahveh." Isaías 54,1
Igual que la figura de Sara, Dios le dice a la estéril, a la mujer sin
descendencia y sin hijos, que ensanche el espacio de su tienda para dar acogida
a una gran descendencia?
Nosotras las MSC podemos preguntarnos:
¿Cuáles son nuestras esterilidades? O
también cuestionarnos, ¿En qué exilio estamos acomodadas? O pensar ¿Cuál es la
promesa de vida, de fecundidad que el Señor quiere ofrecernos?
En mis búsquedas y navegaciones por el ciber espacio he leído distintas
reflexiones que utilizan este texto de Isaías, incluso leí una reflexión que
utilizaba este texto como motivación para el diseño de un plan estratégico. Muy
sugerente me pareció la línea de la siguiente reflexión de una religiosa.
En el texto, Dios pronuncia cuatro verbos importantes “Ensanchar, extender,
alargar y reforzar.
Ensanchar es lo que los nómadas hacen en sus tiendas para acoger a nuevos
miembros en la familia y para el pueblo de Dios nómadas, la tienda era el lugar
de la vida familiar, el lugar de la palabra, el lugar de la hospitalidad.
Despliega tus toldos sin reparo. Dice
que se despliegue sin tacañería, sin medida, sin restricciones, sin límites. Poner límites es un problema, mucha de
nuestras crisis viene por defender “nuestro espacio” o “nuestra autonomía”,
“nuestra frontera” y Dios nos quiere sin RESTRICCIONES
Alargar las cuerdas Para agrandar la tienda es necesario alargar las cuerdas.
¿Podemos ir más allá de nuestras zonas de confort, a abandonar nuestras propias
seguridades, a tener suficiente confianza en Dios como para arriesgar algo
grande por é, por la misión del Reino?
Refuerza tus estacas. La tienda es un hábitat de itinerantes, pero acá dice
que se refuercen las estacas. Y pensaba en el reciente huracán Mateo. Para
protegerse la gente reforzó las puertas y ventanas para evitar que el impacto
del viento y la lluvia derriben la casa. El Señor precisa la importancia de
reforzar las estacas de la tienda… porque son las que la sostienen contra los
vientos y la intemperie, contra lo imprevisible del porvenir de nuestro Instituto
y de nuestras vidas…
De cada una de nosotras dependerá la realización de la promesa de
Dios…
Y Ahora me pregunto ¿Que tienen que ver estas dos imágenes, desierto y
tienda, con la unificación y creación de una nueva entidad canónica…
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