Indígenas y mujeres, de la resistencia a la visibilización

          

La Asamblea General de la ONU, en su resolución 49/214 decidió que el 9 de agosto de cada año del Decenio se celebraría el Día Internacional de los Pueblos Indígenas o pueblos originarios, luego, en su resolución 59/174, del 24 de febrero de 2005, proclamó el Segundo Decenio Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo a partir del 1° de enero de 2005. Este año 2011, el 9 de agosto lleva como tema: "Diseños indígenas: celebrando nuestras historias y culturas, creando nuestro propio futuro”. Esta celebración nos parece un buen pretexto para exteriorizar algunas reflexiones sobre las mujeres indígenas en Guatemala.

Algunos Datos estadísticos

Según algunas analistas, en América Latina y el Caribe, existen aproximadamente 45-50 millones de personas indígenas, lo que equivale a un 10 % del total de la población. Hay alrededor de 400 pueblos indígenas diferentes, con idiomas diversos, cosmovisiones, modos de producción, organización, etc. De estos, cerca de un 59 % serían mujeres lo que equivale a 26, 5 millones[1] .

En Guatemala según las proyecciones de población realizadas por el Instituto Nacional de Estadísticas, INE, en el año 2010 Guatemala cuenta con una población equivalente a 14, 361,666 personas. Aproximadamente de cada diez personas 5.5 son mujeres, no hay datos suficientes y reales que nos indique el número de mujeres indígenas. Nos preguntamos: ¿Por qué en un país pluricultural, multilingüe y multiétnico, los análisis demográficos y tantos otros datos, no incluyen las diferenciaciones étnicas?. Esto nos lleva pensar que parte del problema de omisión radica en una forma de invisibilización hacia un grupo mayoritario, tanto desde el punto de vista de género, como étnico.

Racismo, discriminación, exclusión e invisibilización…

En los últimos 100 años las luchas y conquistas para lograr su lugar, reconocimiento y espacio en los distintos ámbitos de la vida, las mujeres hemos tenido grandes logros, sin embargo debemos admitir que para las mujeres indígenas no ha sucedido lo mismo. Palabras como racismo, discriminación, exclusión o invisibilización, son más que semántica en la vida de las mujeres mayas. Para ellas es una experiencia que corre por las venas y la memoria colectiva. “El racismo es una sombra que nos persigue” nos dicen las mujeres mayas de Kaqla” [2]

Ayer como hoy las mujeres siguen siendo discriminadas por ser mujeres e indígenas.

Hay actitudes y formas concretas de discriminación hacia las mujeres, que se han venido perpetuando, muchas veces amparadas falsamente en la defensa de la cosmovisión indígena. Al nacer, si es hombre la comadrona cobra el doble de paga; el jefe de familia hará matar la gallina y habrá fiesta, en cambio si es mujer el valor monetario del servicio de atención del parto, solo será la mitad del precio cobrado por un varón, y su padre simplemente hará silencio. Los niños mayas irán a la escuela, las niñas mayas no lo necesitan, ellas solo deben preparase para saber los quehaceres domésticos y estar listas al pasar a ser propiedad de la pareja o marido.

Las mujeres mayas sufren primero bajo el común denominador machista que sigue oprimiendo e invisibilizando la capacidad y dignidad el valor de todas las mujeres, sean estas ladinas o indígenas. Una doble opresión se suscita en los ambientes “ladinos”[3], a las mujeres mayas se les discrimina, estigmatiza y excluye por ser miembro de una etnia, por vestir un traje o hablar en su lengua. Pero otra opresión y discriminación ocurre muchas veces entre las mujeres indígenas, por ser estas del mismo o de diferente grupo étnico, vivir en el área rural o urbana.

Lo arriba anotado, nos lleva a sospechar que el enfoque feminista surgido en grupos de mujeres pertenecientes pueblos hegemónicos, no puede ser aplicado tal cual a los procesos de liberación de las mujeres indígenas. Para ellas la construcción de su concepto de género, pasa necesariamente por el análisis y la crítica constructiva hacia sus tradiciones y raíces ancestrales. Se trata de una doble o triple lucha que debe hacer emerger un nuevo posicionamiento de las mujeres indígenas. Un enfoque de género pluricultural, multiétnico y atento a la biodiversidad del cosmos.

Belleza, espiritualidad y sexualidad en las mujeres mayas…

La belleza física supera los parámetros de los concursos de belleza internacional y afortunadamente no es parte de la comercialización de la mujer que se da en esos eventos. La belleza física de las mujeres mayas muestra el esplendor de pieles morenas intactas; rostros sonrientes, inocentes y pícaros; cuerpos rituales callados y serenos, dignos de semidiosas sabias y fértiles.

Belleza y espiritualidad salen de sus manos laboriosas y se expresa en el arte de las tejedoras, artesanas de hilados, tinturas y colores. 

Cuando nos adentramos en las conversaciones de estas mujeres, las sabemos sobrevivientes a las imposiciones de religiones y espiritualidades alienígenas. Las mujeres mayas son descifradoras del mensaje de los sueños, de las energía de los colores y las velas; conocedoras de los movimiento del sol y de la luna, de la bendiciones de lo nahuales en cada persona; mujeres reverentes y amantes del cosmos, de la madre tierra, de los regalos de vida en las plantas y el efecto trascendente del incienso y aires que respiramos.

Una sexualidad en armonía con la naturaleza y sus ciclos. La sexualidad de los ancestros era libre, comentan algunas mujeres del grupo Kaqla, las abuelas no usaban blusas, y los abuelos andaban desnudos. Fue la imposición del cristianismo y más concretamente el catolicismo occidental quien impuso cubrirse los pechos. Porque de alguna manera someter la sexualidad también posibilita someter a las personas.

Caminos de lucha y reivindicación…

La emergencia de la conciencia y posicionamiento de los pueblos originarios y sus derechos, está permitiendo la participación organizadas de muchos grupos indígenas. El derecho a la tierra, el acceso a la educación y la salud, la participación en la vida económica y política se hace cada vez más evidente en el movimiento indígena, liderado en gran parte por los hombres indígenas.

La participación de la mujer indígena en estos procesos sigue siendo minoritaria. La presencia de las mujeres indígenas en los ámbitos públicos, la política, la economía de Guatemala es muy escasa. Pero, al margen de esos protagonismos, estas mujeres se están organizando en los espacios locales. Son ya muchos los grupos de mujeres indígenas que se organizan para atender los espacios de la salud comunitaria y reproductiva, la educación de sus hijos e hijas; el respeto a la diversidad en su vestimenta y su lengua.

Estas mujeres en las últimas tres décadas han hecho un recorrido largo, el cual va desde el silencio como forma de resistencia, hasta la visibilización en sus espacios locales, sus comunidades, sus cooperativas.

Habrá que alcanzar un punto meridiano y tal como proclama el libro del Popol Vuh, “que nadie se quede atrás”.

María Concepción Vallecillo MSC


[1] Cfr. Calfio Margarita /Montalván Luisa. Mujeres indígenas en América Latina: Brechas de Género o etnia. Seminario Internacional. Chile. Abril 2005

[2] Grupo de Mujeres Kaqla (“arcoíris” en maya quiché’, en alusión a la diversidad interna existente entre mujeres indígenas). Kaqla surge en agosto de 1996, luego de un diplomado sobre género en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso)

[3] Este término es utilizado en Guatemala para designar a los no-indígenas, generalmente incluye a los descendientes del mestizo o criollo guatemalteco.

Comentarios

  1. HERMANA ESTE ES UN TEMA MUY ENTERESANTE, CREO QUE TODOS LOS SERES HUMANOS SOMOS IGUALES, N0 DEBERIA HABER DESCRIMINACION A LAS MUJERES, EL PROBLEMA ES QUE LAS MISMAS MUJERES HACEPTAN LA DESCRIMINACION Y CREEN QUE LOS HOMBRES DEBEN SER LOS QUE MANDAN. NOSOTRAS PODEMOS, SOMOS INTELIGENTES, SUMISAS, PENSAMOS LO QUE HACEMOS, SOMOS MUCHO MAS CAPACES DE LO QUE PARECE.

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  2. Hola Hna. Es un tema muy interesante, sabemos que como mujeres tenemos muchas virtudes pero por el temor de salir adelante nos afecta. Pero sabemos que con la ayuda de DIOS todo es posible. Feliz Tarde!

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